Esencialmente, tuvo que ver con la fase de planificación del audiovisual en las 3 etapas de producción: pre-producción, producción y post-prodcción.
Fue indispensable implementar un orden de actividades y procedimiento, para ello se creó un cronograma o plan de trabajo, agrupando tareas (modelado de personajes, modelado de escena, etc) en plazos semanales y mensuales. Si bien los tiempos se ajustaron durante el desarrollo, el plan de trabajo permitió organizarse, así como anticipar decisiones y hacer cambios para conservar la viabilidad de la producción animada.
Debido a las características del proyecto (centradas en el aprendizaje) y a la experiencia elemental con la que se inició el proceso, el plan de trabajo tuvo que ser muy flexible y cambiar reiteradas veces.
La pre-producción tomó 2 meses, abarcando actividades como la búsqueda y selección de referencias visuales, diseño de story-board, búsqueda del equipo técnico, entre otras. La producción se realizó durante casi 2 años, agrupando numerosas tareas como el diseño de los personajes, los modelados, el diseño de iluminación, planta de cámaras, montaje, etc. La post-producción tomó unos 3 meses, donde se realizaron la colorimetría, renderización de material 3D y exportaciones finales.